INOVACIONES CON FIBRAS NATURALES EN LA INDUSTRIA TEXTIL-S4N2

 Fibras de frutas,  o madera. Así es como la moda quiere abandonar lo sintético

La moda ha empezado a plantarle cara a uno de sus grandes materiales: el plástico. Aunque no lo apreciamos a simple vista ni solemos asociarlo con la ropa, la realidad es que el 64% de los textiles están confeccionados con fibras sintéticas, a menudo procedentes de materiales fósiles. Así lo recoge el último análisis de mercado presentado por Textile Exchange, una organización sin ánimo de lucro que impulsa el uso de materiales más sostenibles en la industria. Porque esa primera elección textil, defienden, determinará la resiliencia de la industria (y del planeta) en el futuro.


Algas, bambú, flores, ortigas o cáscaras de plátano y cítricos son algunos de los inesperados recursos vegetales que la emprendedora española Regina Polanco, al frente de Pyratex, ha convertido en tejidos tan altamente estéticos como funcionales. “Durante el desarrollo nos apoyamos de laboratorios, universidades e institutos textiles para garantizar la calidad y demostrar que cumplen con propiedades antibacterianas, de secado rápido o el cuidado de las pieles sensibles”, apunta la fundadora que, inspirada en la cosmética, ha conseguido trasladar al textil las propiedades de sus ingredientes naturales.

ALGAS:


BAMBU:

FIBRA DE PLATANO:



¿Cuál es el futuro de las fibras vegetales? Polanco destaca el valor de las fibras procedentes de la agricultura regenerativa: “Plantas como el ábaco o la ortiga siguen unas prácticas de cultivo que mejoran la calidad del suelo, la biodiversidad y el impacto social”. Ya no se trata de mitigar la huella ambiental, sino de buscar un impacto positivo. Por eso, los excedentes y restos agrícolas también se han convertido en un recurso muy atractivo. El caso más conocido es el de Piñatex, una alternativa al cuero desarrollada por la española Carmen Hijosa, a base de filamentos de hojas de piña, procedentes de pequeños campos de cultivo de Filipinas el tercer productor de piña del mundo


ABACA:


ORTIGA:


PIÑA:



valoremos los residuos y paguemos a los agricultores por extraer las fibras les permite obtener unos ingresos extra y marcar una diferencia real en sus vidas”, defiende la empresaria al frente de Ananas Anam, cuya trazabilidad le permite también asegurar que su tejido esté libre de pesticidas y evitar las emisiones de carbono de la quema agrícola. Piñayarn es su última creación con piña, una lana vegetal de bajo impacto, compostable y biodegradable. Pero no es la única que utiliza la moda para combatir el desperdicio alimentario: la empresa italiana Vegea elabora un cuero vegetal a partir de residuos de la producción de vino, mientras que el fabricante QMilk ha convertido los excedentes lácteos en una suerte de hilo y Allégorie transforma manzanas y mangos en mochilas y carteras. El obstáculo que le falta superar es económico. “Producir de manera responsable supone un coste más elevado, por lo que cambiar la mentalidad e informar al consumidor final es esencial”, asegura Regina Polanco, cuyos tejidos se elevan un 20% sobre el precio de mercado.


Entre este amplio abanico de tejidos naturales, los expertos ven también un futuro prometedor en las fibras celulósicas certificadas. Son textiles renovables procedentes de bosques certificados, cuya producción requiere menores necesidades de agua y contribuyen al almacenamiento de carbono. Aunque en la actualidad apenas abarcan el 7% del mercado, el Consejo de Administración Forestal ,organización mundial sin ánimo de lucro dedicada a promover la gestión forestal responsable y sostenible, prevé que aumentará ante la demanda de materiales ecológicos y biodegradables.

Por lo general, la industria transita hacia la sostenibilidad con paso firme, apostando por revisiones más ecológicas de materiales que conoce muy bien: firmas como Inditex, H&M o Mango, han fijado en 2030 la fecha límite para que el 100% de sus materiales sean de origen más sostenible o reciclado. De hecho, el poliéster y la poliamida reciclada han estado en el centro de los diseños y firmas sostenibles que han aparecido en los últimos años: un primer paso para comenzar a desvincularse de la industria del petróleo y contribuir a la limpieza de los océanos.


Fuente: Noelia Fariña 

https://elpais.com/sociedad/moda-futuro-y-accion/2023-03-13/fibras-de-frutas-leche-o-madera-asi-es-como-la-moda-quiere-abandonar-lo-sintetico.html








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